Tenemos muchos conflictos en nuestro matrimonio
¿Qué podemos hacer para superar nuestras constantes peleas de pareja?
Ciertamente en todas las parejas se dan los conflictos y ningún matrimonio navega sobre un mar tranquilo, pero la pareja no son dos contrincantes ni el matrimonio es un cuadrilátero donde ambos pelean tres minutos, descansan uno y luego vuelven a pelear tres minutos. Es decir, no es normal que la pareja viva discutiendo y peleando cotidianamente ni constantemente. Eso es una notoria señal de un matrimonio débil. Siguiendo con nuestra metáfora del boxeo, muchas parejas se golpean en el mismo lugar donde anteriormente se han hecho daño. Discuten sobre el mismo asunto una y otra vez. Se lastiman el uno al otro y cada vez la herida emocional está más abierta. Se han enredado en un patrón de conducta en donde cada uno pisotea emocionalmente al otro. Ahora bien, ¿será esa la voluntad de Dios para su vida y para su matrimonio? No y mil veces no. No es la voluntad de Dios que ustedes se destruyan el uno al otro ni que se destruya el matrimonio. En Malaquías 2:14 leemos: «Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto».Acá se habla que la esposa debe ser compañera, no competidora. Nuestro cónyuge debe ser nuestro mejor amigo o amiga, nuestro aliado, nuestro socio, nuestro complemento, no nuestra competencia.
Si usted y su cónyuge viven como enemigos, pero quieren volver a vivir como amigos, le doy un consejo práctico: Elimine la tensión y recupera la sensación de disfrutar de la compañía de su pareja. En lugar de criticar, comience a elogiar las virtudes de su cónyuge. Trate de estar en paz con usted mismo o misma, para poder vivir en paz con su pareja. Tome la iniciativa en ser amable y no faltar al respeto. Elimine los resentimientos, perdone y pida perdón. Conéctense sentimentalmente tratando de entender al otro. Comiencen a escribir un nuevo y hermoso capítulo en su vida conyugal.