Quiero recuperar a mi esposa y mis hijos
Herí mucho emocionalmente a mi esposa, por lo que se fue a la casa de sus padres y se llevó a mis hijos. ¿Cómo puedo recuperarlos?
Gracias por compartir su caso, aunque me hubiera gustado tener más detalles. Entiendo que su esposa lo abandonó porque se sintió herida, pero desconozco la razón. Pudo haber sido por una infidelidad, por abuso verbal y emocional o incluso por violencia física. Como quiera, eso indica que la relación no marchaba bien desde hace algún tiempo.
Seguramente ella se dio cuenta que tenía que protegerse y proteger a sus hijos, por lo que tomó la decisión de marcharse con sus padres, donde sin duda encontró el apoyo moral y emocional que necesitaba. Ella quiso escapar de un ambiente de tensión e inseguridad, a un ambiente sano y seguro.
Si usted desea recuperarla, eso es lo que debe ofrecerle no solo con palabras, sino con hechos. Si cree que no todo está perdido y existe la posibilidad de restaurar la relación, pues entonces luche y haga su mejor esfuerzo por recuperar ese amor perdido. Llámela, búsquela y platiquen serenamente, antes de pensar en ir a los tribunales. Si ella está dispuesta a darle otra oportunidad, busquen ayuda profesional, para que un terapeuta familiar cristiano les pueda guiar en el proceso de conciliación.
Obviamente usted debe pedirle perdón a Dios, a ella, a sus hijos e incluso a sus suegros, ya que están en casa de ellos. Además, debe estar dispuesto a hacer cambios en su conducta y en la manera de tratar a su esposa. Si no hace cambios, quizá recupere ese amor, solamente para volverlo a perder. De hecho, arrepentirse significa precisamente, dar la media vuelta y retomar el camino correcto. Así lo hizo el hijo pródigo que abandonó la vida de perdición que llevaba, para volver a casa de su padre con una nueva actitud. Si solo pide perdón, pero no retoma el camino correcto y empieza a transitar por el camino de la voluntad de Dios, de nada le sirve. Hacer cambios significa, cortar cualquier contacto (personal, telefónico o electrónico) con la persona que se conectó emocionalmente en una relación extra marital, si ese es el caso. Terminar con el mal trato y brindarle un trato de amor y respeto, si esa fue la causa, etc.
No olvidemos sin embargo, que el matrimonio es una calle de doble vía. Por lo tanto, cuando un matrimonio fracasa ambos tienen cierto grado de culpa. De la misma manera, cuando el matrimonio marcha bien, los dos son dignos de felicitar. En ese sentido, ella debe reconocer que tiene que poner de su parte para restaurar la relación.
Usted debe luchar por recuperar el afecto y la confianza de su cónyuge hacia su persona. Eso por supuesto, no se repara con un simple «perdóname, prometo no hacerlo de nuevo». Tomará tiempo, pues ella debe convencerse que usted está comprometido con Dios, consigo mismo y con su familia, para cambiar de actitud.
Deseo que pueda recuperar su hogar y cuando lo haga, cuídelo porque es el regalo más hermoso que Dios le ha dado en esta tierra.