¿Los líderes de las iglesias deben estar casados?
Apreciado Pastor Víctor Súchite, ¿Considera usted que los Pastores de las iglesias cristianas, los ancianos, los diáconos y las diaconisas por ejemplo, deben ser casados necesariamente o pueden también ser solteros?
Su pregunta es muy importante. Veamos lo que el Apóstol Pablo dice en 1 Corintios 9:5,6, cuando pregunta: «¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?». En este pasaje, Pablo habla en plural pues se refiere a Bernabé y a él mismo. Pablo argumenta que el apostolado de ambos era tan auténtico como el de los Apóstoles casados, aunque ellos no tenían esposa o no estaban casados. Obviamente aquí vemos que el porcentaje de los principales líderes de la iglesia naciente, era aproximadamente de un 90% casados contra un 10% de solteros. Seguramente dicho porcentaje continúa vigente en nuestros días. La gran mayoría de pastores por ejemplo son casados, aunque muchos pastores solteros recién graduados del seminario están sirviendo como tales. Creo que al igual que en la iglesia naciente, debemos argumentar junto con Pablo que no se discrimine a los pastores solteros. En la Biblia se habla de personajes que Dios usó y que también fueron solteros como Jeremías, Elías, Daniel, Sadrac, Mesac, Abed-nego, María la hermana de Moisés, Juan el Bautista, el Apóstol Juan, Marta María, Lázaro, María Magdalena, Timoteo, Tito, Marcos y Lucas, entre otros.
Pienso que tanto los casados como los solteros deben servir a Dios de acuerdo a los dones recibidos de él para poder usarlos en la edificación de los demás, los talentos naturales, sus capacidades y conocimientos, etc. El estado civil no tiene nada que ver con la obediencia y servicio a Dios. Si usted es soltera o soltero, involúcrese en el servicio en su iglesia local. Sea como Timoteo, ejemplo a los demás. Disfrute sanamente su soltería, seleccione cuidadosamente sus amistades, comparta con su familia y dedique tiempo a la obra de Dios de acuerdo a los dones espirituales y talentos naturales recibidos de él.