¿Cómo puedo ser una madre correcta?
Distinguido Pastor Víctor Súchite: Quiero ser una madre correcta y sobre todo, transmitirle la fe cristiana a mis hijos, para que vivan vidas rectas. ¿Qué me aconseja?
Muchísimo se ha escrito sobre las cualidades de la madre. Por ella, los poetas se han inspirado, los oradores han pronunciado elocuentes discursos, los pintores han demostrado su arte, los directores de cinematografía la han llevado a la pantalla, los literatos han dejado surgir su entusiasmo para escribir sus obras y los cantantes han elevado armoniosamente su vos para admirarla. Muchas cosas positivas se pueden decir de una madre, pero la mejor herencia que una madre cristiana les puede dejar a sus hijos, es el temor reverente a Dios y la transmisión de los valores judeocristianos. En 2 Timoteo 1:15 Pablo le recuerda a Timoteo como su abuela Loida transmitió la fe a su hija Eunice y ambas, a Timoteo desde su más tierna infancia: «Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también». Esto nos demuestra que una mujer cristiana puede hacer de la maternidad un gran ministerio en el que comparta la fe con sus hijos desde una corta edad, por medio de la enseñanza de la Palabra de Dios y de la oración intercesora.
De manera que: No permita que el exceso de ocupaciones en el hogar le roben el tiempo necesario para estudiar la Sagrada Palabra y orientar a sus hijos. Dedique un tiempo por las noches para orar con sus hijos y por sus hijos. Por otro lado, no olvide la importancia de llevar a sus hijos al templo para que canten y alaben juntos al Creador. Hay muchas cosas que usted puede ofrecerle a sus hijos en esta tierra. La ropa es necesaria, los juguetes les parecerán bonitos, el tenerles en un buen establecimiento educativo les ayudará mucho, comprarles un vehículo les favorecerá, dejarles herencia les convendrá, pero nada podrá sustituir y nada le hará sentir más satisfecha, que dejarles una sólida base espiritual, trasmitiéndoles los principios y valores de la Palabra de Dios.