Matrimonio homosexual
Serie: Matrimonios tergiversados
¿Qué piensa usted sobre el matrimonio homosexual? Usted, yo y todo mundo puede opinar, pero lo importante es qué enseña la Biblia sobre este tema. Al continuar con nuestra serie: Matrimonios tergiversados, hablamos hoy del matrimonio homosexual, que a la fecha (año 2018), es legal en los siguientes 25 países: Holanda, Bélgica, España, Suecia, Portugal, Dinamarca, Francia, Inglaterra, Gales, Escocia, Luxemburgo, Irlanda, Finlandia, Noruega e Islandia, Canadá, Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia. Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Como vemos esto es una agenda mundial en el siglo XXI y lo terrible, es que junto a la iniciativa de legalizar los matrimonios entre homosexuales, van de la mano leyes como el de permitir que puedan adoptar hijos y que se prohíba escribir, hablar o predicar en contra de los homosexuales, alegando discriminación, lo cual ya está aprobado en muchos países. No cabe duda que la familia según la voluntad de Dios, es una institución que está siendo terriblemente atacada con la así llamada libertad sexual o “una sociedad más igualitaria entre los sexos”. Sin embargo, el diseño original de Dios para el matrimonio no es ese. Afortunadamente en mí país, según el artículo 79 del Código Civil de Guatemala: “el matrimonio es una institución social por la que un hombre y una mujer se unen legalmente, con el ánimo de permanecer y con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a sus hijos y auxiliarse entre sí”. La anterior definición, está muy apegada a lo que Dios decretó desde un inicio en Génesis 2:24 donde leemos: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Acá se nos indica, que nuestro Creador estableció la base para el matrimonio monógamo: Un hombre para una mujer. No un hombre para un hombre, ni una mujer para una mujer.
Le doy un consejo puntual: Tome en cuenta que bíblicamente hablando, el matrimonio es una unión de permanencia exclusiva entre un solo hombre y una sola mujer, para procrear, así como compartir la vida y metas juntos, ya que después de Dios, la familia es prioridad.