Manejando el resentimiento

Serie: La familia y el manejo de las emociones negativas

Familia

¿Ha experimentado usted las heridas emocionales del resentimiento? Un proverbio chino dice: “Un enemigo te hiere una vez, tus recuerdos mil veces”. Así es el resentimiento, nos hiere una y otra vez, ya que resentimiento, significa “volver a sentir”. En este caso se trata de una emoción negativa o de volver a sentir enojo y amargura, al recordar una ofensa, mal o daño recibido. Cuando esa molestia permanece por mucho tiempo, caemos presos del dolor y experimentamos lo que Hebreos 12:15 llama raíz de amargura. Este versículo dice: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”. Note que el autor de Hebreos comienza haciendo una advertencia: “Mirad bien” o tengan cuidado, tomen en cuenta, asegúrense que no dejen de alcanzar la gracia de Dios y asegúrense que nada estorbe su relación con Dios, ya que pueden terminar contaminados o enfermos, si brota de su corazón la raíz de amargura. Si permitimos que el resentimiento se quede mucho tiempo en nuestro corazón, llegará a echar raíces y convertirse en amargura. Lo cual es una señal que no hemos perdonado una ofensa ni a su ofensor. Por lo tanto, en nuestro interior hay pobreza emocional, hay angustia en el alma, hay desanimo, frustración y decepción. Obviamente, no hay paz personal, ni paz con Dios, mucho menos paz con el prójimo. La razón de amargura contamina todo nuestro interior, desgasta el espíritu, corroe la mente, impulsa a las malas intenciones y ahoga a la felicidad.

Le doy un consejo puntual a usted que desea tener buenas relaciones familiares: Acabe de una vez por todas con el resentimiento. El perdón es la llave que abre la puerta de las buenas relaciones familiares. El resentimiento es el candado que mantiene cerrada la puerta de la buena convivencia familiar. La única forma de eliminar el resentimiento es perdonando al cónyuge, al padre, al hijo que nos ha defraudado. Busque el perdón y la reconciliación familiar, ya que después de Dios, la familia es prioridad.

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