Edúquese, si quiere educar a sus hijos
Serie: Educando sabiamente a nuestros hijos
¿Pueden los padres educar a sus hijos si ellos mismos no se educan? Esta es una interesante pregunta, ya que no se puede educar a nadie, si uno mismo no se educa primero. Felizmente, muchos padres que nos escuchan procuran educarse y prepararse para poder llevar a cabo de manera más efectiva, su papel como padres. Podríamos definir la palabra educación como el desarrollo de las facultades intelectuales, morales, espirituales y afectivas de una persona, que le ayudan en su formación integral. En ese sentido, los padres deben desarrollarse intelectual y moralmente, para luego formar a sus hijos de manera adecuada. En Mateo 7:4,5 Jesús pregunta: «¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano». Aplicando estas palabras a la vida familiar, diríamos que los padres de familia, no podemos corregir o educar a nuestros hijos, si primero no corregimos nuestra propia vida. Jesús nos invita a analizar nuestro propio actuar, antes de pretender arreglar el actuar de los demás. No podemos tener mejores hijos, si primero no nos constituimos en mejores padres. Se le atribuye a Michael Levine, profesor de Genética, la siguiente frase: «Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo que tener un piano no lo vuelve pianista». Usted puede tener un vehículo en el garaje de su casa, pero eso no lo convierte en mecánico, puede tener cinco hijos en su casa pero eso no lo convierte en buen padre o madre de familia, para poder serlo, necesita educarse. Usted debe ser un padre o una madre en crecimiento, en formación constante, en búsqueda de aprender día a día cómo ser mejores padres y mejores educadores.
Por dicha razón, apreciados padres y madres: Lean la Palabra de Dios, lean libros sobre paternidad responsable, asistan a conferencias y seminarios para parejas y para padres de familia, tomen cursos en línea o por Internet que les ayuden a fortalecer la relación padres e hijos. Pero no se queden de brazos cruzados, no se queden estancados, busquen su desarrollo personal, para luego buscar el desarrollo integral de sus hijos.