Las heridas provocadas por la violencia sexual

Serie: Sanando las heridas provocadas por la familia

Familia

¿Cree usted que hay esperanza para curar un corazón herido a causa de una violación sexual? ¿Qué posibilidades tiene de recuperarse una persona que ha pasado por este trago amargo en la vida? La violencia sexual abarca desde los ataques sexuales directos como violaciones, manoseo y acoso sexual; hasta la provocación a realizar actos de índole sexual sin el consentimiento de la persona afectada, pasando por la violencia verbal dirigida con piropos obscenos, propuestas indecentes y otras. Actualmente, entre un 10 a un 40% de los niños y adolescentes están siendo víctimas de abuso sexual. De todos los menores de edad que son abusados sexualmente, el 60% son niñas o jovencitas y el 40% son chicos o jovencitos. Por otro lado, solamente un 15% de los abusadores son desconocidos de las víctimas. La gran mayoría de abusadores sexuales son personas de confianza de la familia (tíos, encargados, etc.) o tristemente, los propios padres. De nuevo la pregunta: ¿Hay esperanza para sanar estos corazones rotos? La respuesta la encontramos en Salmos 147:3 «él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas». Es que solo por medio de la obra de Dios en la vida de los afectados, se pueden sanar esas heridas emocionales. Obviamente, la terapia también es muy recomendable.

Siendo que gran parte de las violaciones, sobre todo a menores, son realizadas por parientes que tienen una relación de confianza o de autoridad con la víctima: le doy algunos consejos prácticos: Como padres y madres, ustedes son los principales protectores de sus hijos. Estén atentos a cualquier conducta sospechosa por parte de familiares o conocidos. Algunos signos de riesgo que ustedes deben observar son: Conducta violenta o lenguaje violento hacia los chicos, miradas lascivas o extrañas hacia los menores, deseo de estar a solas con ellos, caricias o comentarios de contenido sexual, no propias de la relación. Por eso nunca deje solos a sus hijos con un tío, primo, etc. Cuide de ellos e instrúyalos constantemente.

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