Las heridas provocadas por la violencia económica
Serie: Sanando las heridas provocadas por la familia
¿Sabía usted que existe la violencia económica? Entre los muchos tipos de violencia, se da la violencia económica o patrimonial, que consiste en apropiarse de los bienes de otra persona por medio de chantajes afectivos o a través de intimidar para imponer la voluntad sobre el cónyuge o la víctima, con tal de utilizar los recursos financieros o los bienes materiales. También a la destrucción de objetos de valor que pertenecen a otra persona, a la amenaza de quitar los bienes ajenos, al uso del dinero para beneficio personal o la manutención de un vicio como el alcohol, a la prohibición de que la pareja trabaje para que no pueda disfrutar de independencia económica y así continuar controlando la familia, se les llama violencia económica. Obviamente con todo este tipo de abusos, el abusador o abusadora produce heridas en el alma del o de los abusados. En ese sentido, Proverbios 19:19 nos recuerda que: «El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males». Acá las Sagradas Escrituras afirman que la persona iracunda, abusadora y violenta, llevará la pena. La palabra pena, significa multa o castigo, ya que cualquier tipo de violencia debiera ser castigada por las autoridades civiles, puesto que causa nuevos males al cónyuge, a los hijos o a cualquier persona que se constituye en su víctima. Muchas veces, esos males no son visibles, pues se trata de heridas emocionales, pero son muy destructivos.
Tomando esto en cuenta, le doy un consejo: Preferiblemente como pareja deben ponerse de acuerdo para administrar las finanzas del hogar en mutuo acuerdo preparando un presupuesto familiar. Sin embargo, si usted es quien administra solo o sola, no sea injusto(a). No le pida constantes explicaciones a su cónyuge sobre el dinero que le da, no le de menos de lo que necesita, no haga uso del dinero para su beneficio personal gastándolo con amistades, no destruya objetos de valor que pertenecen a su pareja, no cometa violencia económica o patrimonial.