El hábito de ser ordenados
Serie: Buenos hábitos, constructores del hogar
¿Tiene usted su casa en orden? ¿Tiene su vida en orden? ¿Tiene el hábito de ser ordenado(a)? Hoy en día vivimos en un mundo desordenado, descontrolado y deshonesto. Todo lo contrario a lo que Dios creó y a lo que Dios desea. Nuestro Dios, el único y verdadero Dios, es un Dios de orden y excelencia. Cuando él ve algún tipo de desorden, se encarga personalmente de poner las cosas en orden. El primer versículo de la Biblia dice que: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Génesis 1.1). Eso significa que la tierra y el universo no surgieron por accidente, sino que fueron creados por la poderosa, excelente y artística mano de Dios. Sin embargo, cuando leemos el siguiente versículo, se nos aclara: «Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas» (Génesis 1:2). Como quiera que interpretemos esa verdad, la tierra estaba desordenada. Todo era un caos y Dios puso orden a dicho desorden. Dios no toleró aquel desorden, puso inmediatamente manos a la obra y entonces durante siete días se encargó de perfeccionar su obra. De manera que pasar del desorden al orden, toma trabajo y lleva tiempo, pero vale la pena. Usted y yo también podemos pasar del desorden al orden, de la mediocridad a la excelencia. Si su vida actual está desordenada, descontrolada, desorganizada o desarreglada, debemos quitar todos esos «des» y convertir nuestras vidas, en vidas ordenadas, controladas, organizadas y arregladas. Lo lograremos si alimentamos el hábito del orden.
Le doy un consejo práctico: En cada casa debe haber un lugar para cada cosa y cada cosa debe tener un lugar. Cuando esto no es así, la casa es un desorden completo y todo se pierde. ¿Dónde está mi cepillo de dientes, dónde está la pasta dental, dónde está el peine? preguntan constantemente en aquellas casas en las cuales no se maneja el orden y excelencia. Pero el orden en la casa no debe ser únicamente físico, también debe haber orden moral. Para construir su vida familiar debe vivir en orden, porque después de Dios, su familia es prioridad.