Cuando la palabra divorcio forma parte del vocabulario de la pareja
Serie: Señales de un matrimonio débil
¡Sabes qué, mejor divorciémonos! ¿Le ha dicho usted a su cónyuge dichas palabras o su cónyuge se las ha dicho a usted? Al iniciar esta serie: Señales de un matrimonio débil, debo decir que una de ellas es el hecho de que la palabra divorcio forme parte del vocabulario de la pareja. Cuando se habla frecuentemente sobre el divorcio y se piensa o se comienza a considerar el mismo, hay un enorme riesgo que el matrimonio se destruya. En los matrimonios fuertes o sólidos no existe la palabra divorcio en sus diccionarios. En los matrimonios débiles, la palabra divorcio es habitual. Obviamente, cuando hay comunicación perjudicial, problemas económicos graves, infidelidad, violencia y otros factores; es cuando la pareja considera que su matrimonio no tiene salida. Sin embargo, hay esperanzas, pues aún viven juntos, aunque emocionalmente ya estén separados. Se trata de un matrimonio enfermo, pero no muerto. Por lo tanto, se puede sanar si se busca de Dios y se cuenta con la determinación de ambos cónyuges. Todo matrimonio débil se puede fortalecer. Esa es la voluntad de Dios. No es el deseo de Dios que el matrimonio termine en divorcio. Malaquías 2:16 dice en la NVI: «Yo aborrezco el divorcio —dice el Señor, Dios de Israel—, y al que cubre de violencia sus vestiduras, dice el Señor Todopoderoso. Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros».Más claro, no canta un gallo. Dios le pide a los miembros de cada pareja que no sean traicioneros o infieles, le pide que no se divorcien pues el aborrece o detesta el divorcio, le pide que limen sus asperezas, le pide que trabajen en sanar su relación conyugal por bien propio y de sus hijos.
De manera que, les doy un consejo práctico a ustedes que han considerado el divorcio: Siendo que la mitad de los divorcios ocurren en los primeros 7 años, aprendan a superar dichos años de ajuste. Si ya los superaron, pero están en crisis, sométanse a una terapia de pareja, eliminen la palabra divorcio y den lo mejor de sí para salvar su matrimonio, porque después de Dios, la familia es prioridad.