Una relación de complemento
Serie: Matrimonio
Hoy quiero preguntarle a usted que está casado o casada: ¿Quisiera liberarse de su compañero o compañera de vida? ¿Cree que tendría muchas más ventajas si estuviera nuevamente soltero o soltera? Actualmente el divorcio express está tan de moda, que se nos ha vendido la idea de divorciarnos casi por cualquier razón, como lo creían muchos judíos en la época de Jesús. No obstante, la Palabra de Dios nos enseña que el matrimonio es una relación de complemento y una relación perenne.
Al notar la soledad de Adán, Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo», palabras que están registradas en Génesis 2:18 y que contrastan con el primer relato de la creación en donde frecuentemente se declara «Y vio Dios que era bueno». Al decir «No es bueno» se subraya la necesidad de compañía que tenía Adán. él no tenía con quien comunicarse, con quien compartir la vida, a quien demostrarle afecto. Estaba incompleto. Naturalmente, Dios había observado esta situación y tomó cartas en el asunto, creando para Adán lo que la Biblia llama una «ayuda idónea». Note bien que no dice «ayuda y dueña» porque algunas mujeres pretenden adueñarse de su esposo. Tampoco dice «ayuda errónea» porque Dios no se equivocó al darle una compañera. Es ayuda idónea, apoyo adecuado, respaldo conveniente, soporte competente.
Le doy un consejo práctico: Tanto si usted es el hombre como la mujer, debe ser ayuda idónea para su pareja. Por diseño divino el hombre y la mujer tenemos diferencias físicas y psicológicas. Somos distintos, pero complementarios. Nos necesitamos el uno al otro. Por lo tanto, ayude a su esposa en los quehaceres del hogar. No le deje toda la carga solo a ella. Ayude a su esposo en la crianza y educación de sus hijos. Sea usted un esposo que ayuda, sea una esposa que apoya.
Téngalo presente: De todas sus relaciones interpersonales, su familia es prioridad.