Síndrome de la familia muégano
Serie: Síndormes familiares
¿Sabe usted que es un muégano? Se trata de un dulce típico mexicano hecho con trocitos cuadrados de harina de trigo, fritos y pegados unos con otros con miel. Al continuar en este día con nuestra serie de programas radiales titulada: “Síndromes familiares”, hablamos hoy del “síndrome de la familia muégano”. Es decir, aquellas familias que viven todos juntos o sin un cuarto para cada cual, por factor espacio, y en donde no hay límites claros en los roles o papeles que cada uno desempeña. Por ejemplo: Si la señorita adolescente está considerando aceptar la propuesta de noviazgo de un pretendiente, todos opinan y hasta deciden por ella. Si la pareja tiene un conflicto, todo mundo se involucra en el asunto. Están demasiado pegados tanto física como emocionalmente unos con otros, a tal punto que no existe la privacidad. En Josué 7:14 dice: “Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que Jehová tomare, se acercará por sus familias; y la familia que Jehová tomare, se acercará por sus casas; y la casa que Jehová tomare, se acercará por los varones”. Tomamos este versículo de ejemplo, para recordar que en la época antiguo testamentaria, Israel estaba dividida en tribus y las tribus en familias extendidas dirigidas por el patriarca, pero generalmente en la misma casa convivían, los padres con sus hijos solteros y también los casados con sus respectivas familias, así como los siervos. En este caso, había una jerarquía clara o roles determinados, pero compartían un mismo espacio, aunque fueran espacios grandes. Lo cierto es que, en Latinoamérica existen millones de familias muéganos, pues cuando un hijo o hija se casa, los padres les piden que vivan en su misma casa o les construyen un apartamento en el segundo nivel y se involucran más de la cuenta en sus vidas, porque no quieren separarse o permitirles que se independicen. Le doy un consejo puntual: Ciertamente es bueno involucrarse en la vida de los demás miembros de la familia, pero cada uno debe tener su espacio y su privacidad, ya que de lo contrario no será posible la realización individual de los integrantes, ni la toma de decisiones personales. Tómelo en cuenta, ya que después de Dios, su familia es prioridad.