La mujer extraña
Serie: Proverbios de Salomón sobre la mujer
¿Quién es el culpable cuando se cae en una relación de adulterio, el hombre o la mujer implicados? Obviamente, los dos. Sin embargo, al adulterio se le ha considerado generalmente como un pecado de los hombres. Siendo que esta serie la hemos titulado «Proverbios de Salomón sobre la mujer», nos vamos a dirigir a ellas, ya que en Proverbios 5:3,4 advierte: «Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite; mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos». La mujer extraña en este pasaje no solamente es una referencia a las prostitutas de Israel, sino también a aquellas mujeres que incitaban a los hombres casados a cometer inmoralidades. Para ello usan palabras seductoras y dulces como la miel. Además, son palabras blandas como el aceite, que se deslizan suavemente y penetran en el corazón del hombre ajeno, sin hacer ruido alguno. Al principio nadie más se entera de aquella relación amorosa, es silenciosa y se esconde. Sin embargo, el final de un desliz de esa naturaleza es amargo como el ajenjo y deja una herida profunda como espada de dos filos. Las estadísticas actuales indican que el 40% de las mujeres casadas han sido, están siendo o serán infieles por lo menos una vez en sus vidas a sus esposos. De manera que las mujeres también participan activamente y muchas veces toman la iniciativa, en una relación de adulterio.
Por lo tanto, evite a toda costa una relación de adulterio. Como mujer, soltera o casada, usted no debe tener relaciones sexuales con un hombre casado. No debe coquetear con un hombre ajeno, no debe insinuarse, ni emocionarlo, aunque él le parezca irresistible. Recuerde que al final, la verdad siempre saldrá a relucir tarde o temprano. Tome en cuenta que dañará su vida y a una familia. Honre a Dios y a los suyos.