La costumbre de respetar a los padres
Serie: Costumbres familiares de la época bíblica
Respetar a los padres, más que una costumbre es un deber de los hijos. ¿Está usted de acuerdo con la anterior declaración? Definitivamente, así lo determina Dios y así espera que ocurra. De allí, que cuando Dios le da a Moisés las dos tablas de la ley. Muy probablemente la primera de ellas, contenía los primeros cuatro mandamientos que tienen relación con el amor a Dios y la segunda, contenía los seis mandamientos restantes que se relacionan con el amor al prójimo. El quinto mandamiento es el primero relacionado con el amor a los demás y dice: «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da» (éxodo 20:12). Es decir, que Dios espera que tratemos bien a quienes nos concedieron la vida física. En la cultura judía, los niños reverenciaban a sus padres. Una costumbre consistía en saludar al papá temprano por la mañana, besándole la mano. Luego el hijo se quedaba de pie ante el padre con actitud de humildad, esperando que le diera alguna orden o el permiso para retirarse. Antes de eso, el padre le abrazaba. Por lo general los hijos eran obedientes. De hecho, la rebeldía hacia los padres se castigaba incluso con la pena de muerte. En el Nuevo Testamento, el Apóstol Pablo ratificó el mandamiento de la obediencia a los padres en Colosenses 3:20 y Efesios 6:1. Incluso no hace muchas décadas, antes de salir de casa o realizar un viaje, era una costumbre que los hijos le pedían a sus padres la bendición, como una manifestación de respeto. Lamentablemente, muchas de esas buenas costumbres y buenas actitudes se han perdido, puesto que hoy en día muchos hijos no les dan ni los buenos días o las buenas noches a sus padres.
Le doy un consejo práctico a usted que es un hijo o hija que vive con sus padres: ámelos, respételos y obedézcales. No ignore los consejos de sus padres, no les levante la voz, no les trate mal, respete a Dios y respete siempre a sus padres.