La costumbre de realizar banquetes
Serie: Costumbres familiares de la época bíblica
¿Está usted de acuerdo en que los cristianos acostumbren realizar banquetes? Una costumbre judía muy remarcada en la Biblia, es precisamente la celebración de convites, fiestas, agasajos o comidas especiales. Este tipo de actividades son citadas centenares de veces en la Biblia, porque representan a la amistad, el compañerismo, fraternidad, gratitud y alegría compartida. Abundan los relatos de banquetes para bodas, cumpleaños y celebraciones especiales, en donde se contaba con invitados distinguidos. Jesús mismo era invitado frecuentemente a muchos hogares, para que comiera con quienes le invitaban. Despreciar una invitación de este tipo, era un acto de mala educación y falta de ética. Por esa razón, al narrar la parábola del hombre que preparó una cena y convidó a muchos personajes que se excusaron, envió a un siervo a las plazas y a las calles, para llevar a los pobres, mancos, cojos y ciegos, según leemos en Lucas 14:21. En realidad, se acostumbraba todo tipo de banquetes. El capítulo 2 de Juan nos habla de la celebración de las bodas de Caná de Galilea. El rico que ignoró al indigente Lázaro «hacía cada día banquete con esplendidez» relata Lucas 16:19. En este caso, se sobreentiende que eran banquetes para personas de la alta sociedad. Incluso en la eternidad, seremos invitados al banquete o «la cena de las bodas del Cordero», según indica Apocalipsis 19:9. Pero resulta, que en la Biblia, los banquetes no eran sociales únicamente, también se celebraban banquetes familiares. Los hijos de Job, por ejemplo «hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos», nos dice Job 1:4. El padre del pródigo por otro lado, hizo una fiesta en casa, con música y baile, por el retorno de su hijo (Lucas 15:24,25). Por supuesto, en aquellos días no bailaban hombres con mujeres, sino solo las señoritas.
Le doy un consejo práctico: Es una buena costumbre, celebrar banquetes familiares en un ambiente sano, en donde se pueda compartir y disfrutar en familia, porque después de Dios, su familia es prioridad.