El hogar donde se abusa de la empleada doméstica
Serie: Hogar agrio hogar
¿Sabía usted que el 7.5% de los trabajadores en Latinoamérica y el Caribe, son empleados del hogar? Dicho porcentaje es el más alto del mundo, de acuerdo a la Organización Mundial del Trabajo OIT. Eso significa que en América Latina hay más de 14 millones de mujeres que trabajan como empleadas domésticas. Lamentablemente muchas veces, las casas donde laboran las trabajadoras del hogar, se convierte en una prisión para aquellas mujeres (muchas de ellas jovencitas que provienen del interior de cada país para trasladarse a una ciudad grande o mediana donde pueden conseguir un empleo, debido al déficit de trabajo en la provincia), son maltratadas y mal remuneradas. Génesis 16:1-4 narra en el siguiente caso: “Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora”. Acá vemos la desilusión de una esposa envejecida y estéril, por no poderle dar a su esposo el hijo que tanto anhelaban y que Dios ya les había prometido que tendrían. Sin embargo, como no veían respuesta de Dios, Sarai le sugiere a Abram usar a Agar su esclava, como madre sustituta. Note que aquí hubo complicidad, situación similar que en los casos donde se da la violencia sexual contra las empleadas domésticas.
Por ello, le doy un consejo práctico: Si en su hogar cuentan con la bendición de tener una empleada doméstica, véanla como tal. Como una bendición, como una persona que les ayuda a disfrutar de una vida más llevadera. No la vean como un objeto sexual, ni como un instrumento de explotación laboral. Páguenle lo justo y trátenla bien, ya que ella es una mujer hecha a imagen y semejanza de Dios que lleva bienestar a su familia, siendo que después de Dios, la familia es prioridad.