El estrés en la vida familiar
Serie: Derrotando a los enemigos de nuestra familia
¿De qué manera afecta el estrés a un individuo y a su familia? Todos experimentamos estrés todos los días: Batallamos con el tráfico si manejamos o la preocupación que nos asalten si andamos en transporte público o en la calle, experimentamos presiones en el trabajo, los estudios o las mismas tareas del hogar, producen estrés. El problema se complica cuando el esposo está estresado, la esposa está tensa y los hijos están alterados. Cuando el estrés se salió de nuestro control o no lo sabemos manejar, se constituye en un enemigo de nuestras familias. De allí, que es importante manejar adecuadamente el estrés, porque de lo contrario puede conducir a la ansiedad e incluso a la depresión, si es que no se identifican y solucionan todas las situaciones que lo causan. La principal causa que provoca el estrés en una persona y en una familia, es la preocupación. Por esa razón, en Mateo 6:25-34 Jesús nos dice una y otra vez que no nos afanemos e incluso nos pone ilustraciones para que hagamos nuestro dicho mensaje. En esos pocos versículos la palabra afán o afanarse aparece cinco veces y el mensaje: No se preocupen aparece tres veces y la pregunta ¿por qué se preocupan o afanan? aparece una vez. Jesús es enfático: La preocupación solamente conseguirá hacernos daños, no sirve de nada. Aun así, los cristianos nos preocupamos y estresamos por la situación económica, el trabajo, los estudios, las relaciones familiares, el matrimonio, los niños, la salud, etc. La solución para no preocuparnos es confiar en Dios. Si él alimenta a las aves, también alimentará a sus hijos. Si él viste a los lirios del campo con hermosos colores, también nos vestirá a nosotros con ropa adecuada. Por ello, no se preocupe más de la cuenta o vivirá con estrés. La preocupación refleja nuestra falta de fe. Hay cristianos que viven preocupados por todo. Viven tronándose los dedos, comiéndose las uñas y siendo infelices. La preocupación nos conduce al estrés y el estrés a los conflictos familiares. De modo que evítelo y combátalo.