Jocabed, la madre que protegió a su hijo
Serie: Madres de la Biblia, sus aciertos y sus desaciertos
En su opinión, ¿qué cosas sería capaz una madre de hacer por el bienestar de sus hijos? Las madres responsables son capaces de cualquier cosa, con tal de brindar seguridad y protección a sus hijos. Por supuesto, siempre que sea algo ético y dentro de los principios bíblicos. Un ejemplo bíblico de esto, es Jocabed la madre de Aarón, María y Moisés. Moisés, su tercer hijo, nació prácticamente sin la posibilidad de sobrevivir. Sucede que en ese tiempo, el Faraón de Egipto ordenó la matanza de todos los niños varones israelitas. Fue entonces cuando Jocabed se ingenió la manera de salvar y proteger a su pequeño hijo. Ella fabricó una canasta y dentro de ella colocó a su bebé, poniendo posteriormente la canasta con el niño en el rio Nilo y esperando un milagro. La hija del Faraón encontró la canasta mientras se bañaba a la orilla del rio, tomó al niño y lo adoptó. Dios permitió que la princesa contratara justamente a Jocabed para amamantar y criar al niño. De esta manera la propia madre pudo estar cerca de su hijo durante sus primeros años. El relato bíblico aparece en éxodo capítulo 2. Moisés fue su tercer hijo. En resumen, el primer hijo de Jocabed fue Aarón, quien llego a ser el sumo sacerdote y de su linaje vendrían todos los sacerdotes. Su segunda fue María, la que cuidó a Moisés. Ella está estrechamente relacionada con sus hermanos en la historia de Israel. Su tercer hijo, Moisés, nada menos que el libertador del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. De allí que el autor de Hebreos coloca a Jocabed y su esposo en la lista de héroes de la fe, pues en Hebreos 11:23 dice: «Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey». Jocabed era una madre de fe y coraje.
Si usted quiere ser una madre de fe y esfuerzo, busque siempre la dirección de Dios en su vida familiar y sacrifíquese para que sus hijos gocen de buena salud, buena educación y una vida cimentada en la fe cristiana. Recuerde que cada esfuerzo que haga en las diferentes etapas de la vida de sus hijos, será premiado por Dios.