El perdón en el ambiente familiar
Serie: Lo que Jesús enseña sobre la familia
¿Alguna vez ha dicho la frase «yo perdono, pero no olvido? Si esa es su filosofía ¿cree que en realidad ha perdonado? A la mayoría de las personas se les hace difícil perdonar a alguien que les ha ofendido, incluso si son miembros de su propia familia. A aquellos que consideran que perdonar es difícil, debo recordarles que todo es difícil mientras no se haga un hábito en nosotros, después se hace fácil. De manera que el perdón es una virtud que se debe cultivar en cada familia. Cuando alguien en casa dijo o hizo algo que nos lastimó y reconoce su error en una actitud de arrepentimiento, buscando restaurar ese dañó: ya sea el cónyuge, un hijo, el padre, la madre, un hermano, la hermana, etc., debemos perdonarle. Tanto el que pide perdón como el que perdona buscan vivir en armonía y siendo que somos humanos con virtudes y defectos que nos equivocamos una y otra vez, debemos perdonar una y otra vez. Eso es lo que Jesús nos enseña en el relato del hijo pródigo que vuelva a casa arrepentido. Lucas 15:20-24 narra: «Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse». Perdonar es no tomar en cuenta. El padre no le recordó al hijo su falta, le perdonó de corazón. Eso es lo que Dios hace con nosotros. Cada vez que nos arrepentimos, él perdona esos pecados y no los toma en cuenta.
Le doy un consejo: Sé que nos cuesta sacar de nuestro corazón el enojo, la raíz de amargura, el deseo de venganza, las palabras que nos hirieron, pero debemos aprender a hacerlo porque si nosotros no perdonamos a quienes nos ofenden, la Biblia afirma que Dios no nos puede perdonar a nosotros.