El error de abandonar a los hijos
Serie: Errores que debemos evitar los padres
¿Conoce usted a un padre o una madre que abandonó a sus hijos? ¿Tuvo usted esa triste experiencia de ser abandonado por uno de sus padres? Definitivamente, el abandono de los hijos, es el más grave error que un padre o una madre puede cometer. Aunque es más común, que un hijo, una hija o varios hijos sean abandonados por el padre biológico o mejor dicho, por el progenitor (ya que padre es el que cría no el que engendra); hay también muchos hijos que crecen sin la presencia de su madre, porque ésta los entregó en manos de sus abuelos, otros familiares o en adopción. Crecer sin uno o ambos de sus padres naturales, marca la vida del hijo o hija abandonados. Está científicamente comprobado que los hijos que crecen sin uno o ambos de sus padres, ya sea por la muerte de uno de sus padres, la separación o el divorcio entre ellos u otro motivo; tendrán más problemas emocionales y de personalidad que los niños que crecen con la presencia de su papá y de su mamá. Salmos 27:10 dice: «Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá». Desde épocas antiguas, muchos hijos han tenido la triste experiencia de ser abandonados ya sea por uno o ambos padres. El daño causado por este tipo de abandono, persiste aún en la vida adulta del hijo o la hija abandonada. Sin embargo, el salmista reconoce que solo la obra de Dios puede llenar ese vacío y sanar esas heridas emocionales.
Si usted está considerando dejar a sus hijos, le doy el siguiente consejo práctico: Vea el divorcio como última opción. El padre que se divorcia de su esposa, automáticamente se divorcia de los hijos, ya que no les va a ver con la misma continuidad. Sus hijos necesitan la presencia de ambos padres para desarrollarse de forma sana e integral. Ninguna madre puede hacer la función de mamá y papá simultáneamente por mejores intenciones que tenga. Hay funciones como la socialización, estímulo en el desarrollo de las habilidades físicas, transmisión de conocimientos y recursos, etc.; que solo el padre las puede cumplir naturalmente. Del mismo modo, solo la madre puede realizar funciones como la nutrición, adiestramiento doméstico, estimulación emocional y otras.