El cimiento de la fe en Dios
Serie: Construyendo un hogar estable
¿Considera usted que construir una casa es tarea fácil o difícil? Por supuesto que es algo sumamente difícil. Conlleva mucho trabajo el construir una vivienda, desde la fase inicial de poner buenos cimientos, hasta la fase final de colocar pintura bonita y de calidad. Sin embargo, construir un hogar, es tarea mucho más difícil aún. De allí, que esta serie la hemos titulado: «Construyendo un hogar estable», hablaremos paso a paso de la manera en que debemos construir nuestros hogares, comenzando con el cimiento de la fe en Dios. Obviamente, cuando hablamos de construir un hogar, no estamos pensando en las columnas, las paredes, el techo y el piso, sino en la vida familiar, en el sano ambiente hogareño. Precisamente, en eso pensaba el salmista cuando escribe el primer versículo del Salmo 127, que nos dice en resumidas palabras: «Lo que se construye sin Dios, fracasará». Las palabras exactas del salmista son: «Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican». Si pretendemos construir una casa, sin la ayuda o dirección de Dios, fracasaremos. Si pretendemos edificar nuestra familia, sin el apoyo divino, nos hundiremos. Sería en vano, es inútil, no tiene lógica, no tiene razón, no tendría provecho alguno.
Por eso, le doy un consejo práctico: Recuerde que sin la bendición y la presencia de Dios en nuestras vidas y en nuestras familias, nunca tendremos estabilidad familiar. De manera que, un buen cimiento de todo hogar cristiano es una fe práctica. Es un hogar donde se busca de Dios, se congrega regularmente en la iglesia local, ora, se lee la Biblia, pero sobre todo, se vive agradando a Dios. Si Dios no edifica su familia, usted se va a desgastar tratando de sacarla adelante, pero su esfuerzo será improductivo. Si Dios no es el cimiento sobre el cuál usted construye su familia, la misma se derrumbará, por ello permita que Dios construya su vida y su familia, porque después de Dios, su familia es prioridad.