¿Cómo puedo cuidar mi matrimonio?

Saludos Lic. Víctor Súchite, gracias por los temas que prepara para bendecir nuestros matrimonios. Mi pregunta es: ¿Cómo puedo cuidar mi matrimonio?

A usted Gracias por su comentario, me alegra que podamos bendecir su vida conyugal. Me alegra saber que usted no desea ser descuidada. Tristemente hay muchos padres de familia que descuidan a sus hijos. Muchos cónyuges que descuidan a sus parejas. Muchos maestros que descuidan a sus alumnos. Gran cantidad de Médicos que descuidan a sus pacientes. Muchos empresarios que descuidan sus negocios. Muchos Pastores que descuidan sus rebaños. En fin, si usted y yo tenemos una responsabilidad, debemos asumirla. «El que tiene tienda, que la atienda» dice el proverbio de dominio público. «El que tiene tienda, que la atienda, y si no que la venda» agregan algunos. Es que es una realidad, cada uno de nosotros debemos atender aquello de lo que somos responsables. Hay un versículo que se encuentra en Cantar de los cantares 1:6 en donde ella dice: «Me pusieron a guardar o cuidar las viñas; y mi viña, que era mía, no guarde». Esto me llama mucho la atención, porque esta mujer llamada la Sulamita o la esposa de Salomón, trabajó y cuidó otras viñas pero descuidó la propia. En ese sentido todas las personas casadas, deben cuidar su matrimonio, guardar, atender su viña, pues tanto un viñedo como el matrimonio requieren de dedicación y de cuidados continuos, para que haya fruto. El matrimonio se puede comparar perfectamente con un jardín al que hay que cuidarlo todos los días. Así como al jardín hay que regarlo a diario ya que las flores o plantas que no se riegan, se mueren, se debe regar a diario la relación conyugal con expresiones de amor y elogios a la pareja. Como bien se ha dicho los extremos siempre son dañinos. Si somos muy fríos y distantes no es correcto, por otro lado si somos muy melosos o pegajosos nuestra relación puede volverse asfixiante. Así como el jardín necesita cierta cantidad de agua, pero si se riega demasiado podemos ahogar las plantas, no conviene ser exageradamente melosos, pues nuestra pareja sentirá que no la dejamos ni respirar.

Por otro lado, sabemos que para cuidar un jardín y hacerlo lucir bonito, hay que combatir las plagas. En Cantares 2:15 leemos: «Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne». Las zorras es una referencia a esos pequeños animalitos que se meten en los viñedos y se comen el fruto, echando obviamente a perder la cosecha. Como son tan pequeños, se meten por cualquier agujerito y con astucia y agilidad se hacen difíciles de cazar, pero el daño que causan es enorme. Esta ilustración es un reflejo de la vida matrimonial, ya que las cosas pequeñas que no se combaten a tiempo afectan terriblemente la relación. Una mentirita de vez en cuando al cónyuge, un reproche, los celos sin fundamento, una palabra hiriente, un enojo, una desilusión, la crítica destructiva o el sarcasmo, un insulto, son plagas pequeñas pero sumamente destructivas por lo que tienen que ser eliminadas. De la misma manera como en un jardín hay que conseguir un buen insecticida para combatir las pestes, en el matrimonio hay que armarse de una buena actitud para luchar contra esas conductas que pueden destruirlo. Se cuenta de un maratonista que ganó una carrera en un día donde temprano en la mañana había frío, más tarde llovió, luego paró la lluvia, salió el sol y con él vino el calor. Cuando llegó a la meta y lo entrevistaron, le preguntaron: ¿Cuál fue el mayor obstáculo que tuvo que vencer? Todos esperaban que hablara del clima. Sin embargo, su respuesta fue: Mi mayor obstáculo fueron las piedritas pequeñas que se me metían dentro de los zapatos.

Siendo que el mayor obstáculo del matrimonio son esas pequeñas pero destructivas cosas de las diarias convivencias, combata su propio mal comportamiento o aquellas cosas negativas que pueden dañar su vida conyugal. Si tanto el esposo como la esposa ponen su respectivo aporte, estarán cuidando su matrimonio.

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