¿Cómo curar heridas emocionales?

Querido Pastor, por favor díagame: ¿Cómo sanar las profundas heridas emocionales que nos provocaron nuestros padres?

Esta es la pregunta del millón de dólares. Aquellos padres que abandonaron a sus hijos, aquel padre o aquella madre que nunca se involucró en la vida de sus retoños, aquellos padres agresivos, aquellos padres que abusaron sexualmente de sus hijos, aquellos padres que por alimentar su vicio desatendieron a sus hijos, aquellos padres que brindaron juguetes, ropa cara, viajes, etc., pero que no brindaron tiempo ni amor. La lista podría continuar. Lo cierto es que crecer sin uno o ambos de sus padres naturales, marca la vida del hijo o hija abandonados. Está científicamente comprobado que los hijos que crecen sin uno o ambos de sus padres, ya sea por la muerte de uno de ellos, la separación o el divorcio entre sus progenitores u otro motivo; tendrán más problemas emocionales y de personalidad que los niños que crecen con la presencia de su papá y de su mamá. Salmos 27:10 dice: «Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá». Desde épocas antiguas, muchos hijos han tenido la triste experiencia de ser abandonados. Las heridas ocultas por este tipo de abandono, persisten aún en la vida adulta del hijo o la hija. Por eso, el salmista reconoce que solo la gracia de Dios puede llenar ese vacío y sanar esas lesiones emocionales. Sin embargo, es necesario que el hijo o la hija que en su vida adulta aún sufre esas heridas, perdone a sus padres.

Para lograrlo, le doy un consejo: No juzgue a sus padres. Sin ánimo de justificarlos, recuerde que ellos estaban menos orientados para ejercer la paternidad que nosotros actualmente, tenían un menor nivel educativo y posiblemente también sufrieron heridas en su niñez. Si ellos ya murieron, escríbales una carta indicándoles que les perdona, eso le permitirá drenar el dolor que ha acumulado por tanto tiempo. Obviamente usted no puede cambiar su pasado, pero puede cambiar su presente y su futuro si se deshace de todo resentimiento y los perdona de una vez por todas, porque perdonar es sanar. Si sus padres viven, reconcíliese con ellos, perdónelos, procure tener un reencuentro.

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