Adicción al trabajo

Serie: Las adicciones, destructores del hogar

Familia

¿Conoce usted personas que viven para trabajar en lugar de trabajar para vivir? Cuando alteramos el orden de las cosas, nuestra vida cae en un desorden o caos. Ese es el caso de quienes trabajan en exceso y se convierten en trabajólicos o adictos al trabajo. Justamente, son las personas que no trabajan para vivir, sino que viven para trabajar. Son las personas que centralizan sus vidas alrededor del trabajo. Invierten más tiempo de lo debido al trabajo, al punto que descuidan otros quehaceres y compromisos. Por esa razón, la Organización Internacional del Trabajo desde sus comienzos, estableció ocho horas diarias como el tiempo promedio para trabajar de lunes a viernes y en algunos casos, cuatro horas el sábado. Durante ese tiempo se debe garantizar que haya periodos de descanso y recuperación, incluyendo el descanso semanal y las vacaciones anuales pagadas, con el propósito de proteger la salud y la seguridad de los trabajadores. Sin embargo, los trabajólicos llegan a obsesionarse tanto con el trabajo, a tal grado que desatienden sus relaciones familiares y abandonan las relaciones sociales o las restringen únicamente a personas que forman parte de su vida laboral. Eclesiastés 3:2 nos dice que hay «tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado». Cuando se nos señala aquí que hay tiempo para plantar, se está refiriendo a un tipo de trabajo del campo y es precisamente plantar semillas o la siembra que realizan los agricultores. Ahora bien, no podemos plantar en cualquier estación del año. Hay que aprender a plantar en el momento oportuno. Hay un tiempo específico o una estación para plantar. Tampoco podemos arrancar lo plantado o cosechar en cualquier momento, si es que vamos disfrutar de algún fruto. Tenemos que aprender a respetar los tiempos para cada cosa.

Haga suyo entonces, el siguiente consejo práctico: El trabajo no debe ser prioridad en su vida. No descuide su relación con Dios, el divertirse sanamente con los amigos, ir al cine, hacer deporte, salir de vacaciones. No descuide el tiempo con la familia, compartir con su cónyuge, jugar con sus hijos, Recuerde que todo tiene su tiempo y que después de Dios, su familia es prioridad.

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